La lista de mi dieta

junio 7, 2010

Hace algunas semanas empecé una estricta dieta.  Lo hice no por mi, no por mi salud, no por mi corazón, no por mi apariencia de treintañero casado ni mucho menos porque me estaba sintiendo gordo. No. Lo hice porque cada vez que me encontraba con alguien al que no había visto en un buen tiempo me decía qué gordo estás, ¿te has visto los cachetes? Asu, qué tal barriga la tuya. Jode. Jode y mucho.

Por eso decidí, apoyado física y psicológicamente por mi nutricionista, liquidar el régimen alimenticio que estaba monopolizando mis temas de conversación.  En sólo  14 días tenía la misión  de dejar de amenazar  a la gente con los botones de mi pantalón; 4 kilos en 2 semanas y manos a la obra (y no a la comida). No azúcar, no frituras, no pasta nocturna, no pan blanco con su miga, no mayonesa, no mango, uvas y plátanos, no embutidos, no cerveza, no frituras, no frituras, no frituras. No. ¡Oh no!

Durante esas dos semanas, como Cristo en el desierto, desvarié. Y se me venían a la cabeza un montón de platos, comidas, ingredientes. Fríos y calientes.  Generosos y gourmets. Dulces y salados. Entradas, segundos y postres.

La que a continuación presento no es una lista gourmet ni mucho menos pretendo que se convierta en la próxima ruta gastronómica nacional. Sólo me acordé de ellas, melancólico, cuando comía un flácido sanguche de pan pita integral con queso fresco light. O cuando tomaba, aguantando la respiración, una taza de café con leche 0% calorías sin azúcar. Buen provecho.

Una pizza Mavery Especial del Mavery.

Un chaufa especial del chifa El Chinito.

Una Cuarto de Libra con papas fritas.

Una causa rellena de chicharrón del Capullito.

Un milkshake de lúcuma del Tip Top.

8 rolls de acevichado del Edo.

Osobuco con pasta.

Un Tres Leches de Maga.

Un pastel de manzana de Isa.

Weisswurst con mostaza dulce.

2 sopitas ramen Maruchan de carne.

Pan al ajo especial.

Fideos saltados.

Mi Lomo saltado.

Un sanguche de lechón con tártara de La Lucha.

1 millón de tequeños.

Lomo de chancho de la calle Capón.

Un postre de la Bodega de la Trattoria.

Un alfajor de maicena de la San Antonio.

Un sanguche de lomito ahumado con palta y mayonesa de la Gran Fruta.

Fideos codito con cabanossi y aceitunas.

Nutella con ombligo.

Un Beso de Mar del Canta Rana.

Un millón de aceitunas con vino de Patagonia.

Pato asado con sillau para llevar.

Costillitas chinas del kiosko de Metro.

Pollo al horno con parte encuentro y entrada de choclo con queso picante de mi mamá.

Grosera parillada en casa de playa.

Portobellos con queso y chimichurri.

Un Aniversario del profesor Otani con una cerveza fría.

Un juane con cecina.

250 karamanducas de la panadería de Porta con 28.

Un pan con chicharrón del Palermo pero el de La Victoria.

Arroz (con choclo) con 2 huevos fritos (con su yema).

Churros con chocolate de la 73.

Risotto con pato de la 73.

Arroz con pato de mi abuela, a la que no le gusta que le diga abuela.

Un sanguche de lechón de Alejandro’s después de El Dragón.

Un sopón del Chifa Unión.

Una Cheese Burger del Gloton’s.

Hot Dogs (varios muchos) con ají de la casa.

Una Chita al ajo de Sonia.

Pollo a la brasa con todas sus cremas y todas sus papas del Norky’s.

Un Cheese Cake de Pozuzo.

Doce soles en gomitas Ambrosoli.

Una porción de anticuchos de Tío Mario.

Un mixto del Muruhuay, subiendo Ticlio.

Un plato de Costillar de La Chura.